Cristóbal COLÓN : EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
TEXTO 2 "EL DIARIO DE COLÓN "
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LA PELÍCULA
Le deuxième document comprend des extraits du journal de bord à partir de l'arrivée de Colomb aux "Indes" le 12 octobre. On voit comment s'est déroulé la première rencontre avec les Indiens : la rencontre est plutôt pacifique et Colomb commence à faire du troc car les bonnes relations vont favoriser l'accomplissement de la mission : l'évangélisation. On va découvrir en lisant son journal l'évolution du personnage. On découvre dès le deuxième jour, le 13 octobre, que l'intérêt de l'explorateur se porte sur des choses moins spirituelles. Il découvre un bijou en or que porte un Indien. La suite de son voyage est désormais guidée par cette quête de richesses. On en verra les conséquences dans sa perception des "Indiens".

Palos de Moguer 1492 : Por fin el día 3 de Agosto con el acuerdo de los Reyes Católicos, la Pinta, la Niña y la Santa María, las famosas carabelas de la expedición se hacen a la vela. El día 12 de Octubre después de larga y peligrosa travesía  atracan a una tierra nueva. No es, como lo va pensando COLÓN, la de las Indias sino en realidad una de las islas Bahamas que recibe el nombre de San Salvador. Luego los tres barcos abordan en Cuba y Santo Domingo.

Jueves 11 y viernes 12 de octubre.- [...]

Llegaron a una isleta de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego, vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yánez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la † y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escovedo, Escribano de toda el armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio como él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se juntó allí mucha gente de la isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. «Yo (dice él), porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos donde nosostros estábamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y muchas otras cosas , y nos las trocaban por otras cosas que nosotros les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad.

Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen ningún hierro: sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas.

Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía, y creo que ligeramente se harían cristianos; que me pareció que ninguna secta tenían.

Sábado 13 de octubre.

Traían ovillos de algodón filado y papagayos y azagayas y otras cositas que sería tedio de escribir, y todo daban por cualquier cosa que se los diese. Y yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro, y vi que   algunos de ellos traían un pedazuelo colgado en agujero que tienen a la nariz, y por señas pude entender que yendo al Sur o volviendo la isla por el Sur, que estaba allí un rey que tenía grandes vasos de ello, y tenía muchísimo.

Domingo 14 de octubre.

Vuestras Altezas cuando lo mandaren pueden llevarlos todos a Castilla o tenerlos en la misma isla cautivos, porque con cincuenta hombres los tendrá todos sojuzgados y les hará hacer todo lo que quisiere.

Lunes 12 de noviembre.

deben Vuestras Altezas determinarse a hacerlos cristianos, que creo que si comienzan, en poco tiempo acabará de haberlos convertido a nuestra Santa Fe multidud de pueblos, y cobrando grandes señoríos y riquezas y todos sus pueblos de la España, porque sin duda es en estas tierras grandísimas sumas de oro, que no sin causa dicen estos indios que yo traigo, que ha en estas islas lugares donde cavan el oro y lo traen en el pescuezo, en las orejas y en los brazos y en las piernas, y son manillas muy gruesas, y también hay piedras y hay perlas preciosas y infinitas especias;

Así que ayer vino a bordo de la nao una almadía con seis mancebos, y los cinco entraron en la nao; estos mandé detener e los traigo. Y después envié a una casa que es de la parte del río del Poniente, y trajeron siete cabezas de mujeres entre chicas e grandes y tres niños. Esto hice porque mejor se comportan los hombres en España habiendo mujeres de su tierra que sin ellas, porque ya otras muchas veces se acaeció traer los hombres de Guinea para que aprendiesen la lengua en Portugal, y después que volvían y pensaban de aprovecharse de ellos en su tierra por la buena compañía que le habían hecho y dádivas que se les habían dado, en llegando en tierra jamás parecían.

Martes 25 de diciembre, día de Navidad.

son gente de amor y sin codicia y convenibles para toda cosa, que certifico a Vuestras Altezas que en el mundo creo que no hay mejor gente ni mejor tierra: ellos aman a sus prójimos como a sí mismos, y tienen un habla la más dulce del mundo y mansa, y siempre con risa. Ellos andan desnudos, hombres y mujeres, como sus madres los parieron. Mas, crean Vuestras Altezas que entre sí tienen costumbres muy buenas, y el rey muy maravilloso estado, de una cierta manera tan continente que es placer de verlo todo, y la memoria que tienen, y todo quieren ver, y preguntan qué es y para qué». Todo esto dice el Almirante.

La vuelta a Lisbona : Se examina el balance de la expedición : unos indios coronados de plumas, oro, y claro, esperanzas decepcionadas. Pero todos admiran a COLÓN sin apreciar realmente la extraordinaria importancia del acontecimiento. Unos años más tarde intenta tres viajes al cabo de los cuales se ve acusado de querer apropiarse estas nuevas tierras españolas. Enfermo y abandonado fallece en 1506.

segundo viaje

[...] Sus Altezas podrán dar licencia y permiso a un número de carabelas suficiente que vengan acá cada año y traigan de los dichos ganados y otros mantenimientos y cosas para poblar el campo y aprovechar la tierra, y esto en precios razonables a sus costas a sus costas de los que las trajeren, las cuales cosas se les podrían pagar en esclavos de estos caníbales, gente tan fiera y dispuesta y bien proporcionada y de muy buen entendimiento, los cuales, quitados de aquella inhumanidad, creemos que serán mejores que otros ningunos esclavos, ...

Jueves 11 y viernes 12 de octubre.- [...]

Luego vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yánez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la † y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras.

 

 

 

«Yo (dice él), porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hobieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla.

 

 

 

Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad.

 

Sábado a 13 de octubre

Yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro, y vide que   algunos de ellos traían un pedazuelo colgado en un agujero que tienen a la nariz, y por señas pude entender que yendo al Sur o volviendo la isla por el Sur, que estaba allí un rey que tenía grandes vasos de ello, y tenía muy mucho.

 

 

 

Domingo a 14 de octubre

Vuestras Altezas cuando mandaren puédenlos todos llevar a Castilla o tenellos en la misma isla captivos, porque con cincuenta hombres los tendrá todos sojuzgados y los hará hacer todo lo que quisiere.

 

 
Vendredi 12 octobre
Nous avons vu des gens nus et je me rendis à terre dans ma barque armée avec Martin Alonso Pinzon et Vicente Yanez, son frère, le capitaine de la Niña. J’ai déployé la bannière royale et les capitaines deux de ces étendards à croix verte que j’avais pour emblème sur tous les navires et qui portaient un F et un Y, surmontés chacun d’une couronne.
Arrivés à terre, j’ai vu des arbres très verts et beaucoup d’eau et des fruits de diverses espèces.

Moi, afin qu’ils nous aient en grande amitié et parce que j’ai connu qu’ils étaient des gens à se rendre et convertir bien mieux à notre Sainte Foi par amour que par force, j’ai donné à quelques-uns d’entre eux quelques bonnets rouges et quelques perles de verre qu’ils se sont mises au cou, et beaucoup d’autres choses de peu de valeur dont ils eurent grand plaisir; et ils en devinrent si nôtres que c’était merveille.
Ensuite, ceux-là venaient, nageant, aux chaloupes des navires dans lesquelles nous étions, et ils nous apportaient des perroquets, du fil de coton en pelotes, des sagaies et beaucoup d’autres choses qu’ils échangeaient contre d’autres que nous leur donnions, telles des petites perles de verre et grelots. Mais il me parut qu’ils étaient des gens très dépourvus de tout. source de la traduction

Samedi 13 octobre
"Je me suis employé à savoir s’il y avait de l’or. J’ai remarqué que quelques-uns d’entre eux en portaient un petit morceau suspendu à un trou de nez. J’ai réussi à apprendre, au moyen de signes, qu’en naviguant vers le sud, nous trouverions une contrée avec un roi qui possède de grands vases d’or et une grande quantité de ce métal." source de la traduction

Dimanche 14 octobre "…quand Vos Altesses l’ordonneraient, Elles pourraient les faire tous mener en Castille ou les garder captifs dans cette même île, parce qu’avec cinquante hommes Elles les tiendraient tous en sujétion et feraient d’eux tout ce qu’Elles pourraient vouloir". source de la traduction

El texto que nos toca estudiar contiene fragmentos del diario de Colón a partir del día de la llegada de los españoles a América.
El 12 de octubre es una fecha importante en el mundo hispánico. Es la fiesta nacional. Recuerda
el encuentro entre los dos mundos y el papel de la lengua española que sirve de puente y une España con los pueblos de América.
Bartolomé de las Casas cuenta cómo llegaron a una isleta que el Almirante bautizó San Salvador y el ceremonioso
desembarco con las banderas con la F de Fernando y la I de Isabel.
Desde el principio, viernes a 12 de octubre, el descubrimiento se convierte en Conquista de América. El Almirante "tomó posesión de la dicha isla". Aquellas tomas de posesión se conocerán más tarde como "Requerimientos". Los españoles leían a los indios un texto en el que les pedían someterse. Porque si resistían serían esclavos de guerra.
Por lo que dice Colón,
el primer encuentro es amistoso porque Colón piensa que es la mejor manera para convertirlos. Los primeros contactos son intercambios de regalos : bonetes colorados, perlas de vidrío contra papagayos y de ovillos de algodón. El encuentro es pacífico y las palabras del descubridor corresponden a la promesa de la carta a los Reyes Católicos.
Lo sorprendente es que al día siguiente, el 13 de octubre, la principal preocupación de Colón no es tan
piadosa . " Y yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro".
El gran descubrimiento es un
pedazuelo de ORO que ve en la nariz de un indio. Los indios le dicen que "yendo al sur" podrá encontrar más oro.
Comprobamos que lo que más interesa a los españoles es el ORO.
El 13 de octubre, un domingo, día del señor, Colón dice a los Reyes que es muy fácil someter a los indios y "tenerlos en la misma isla cautivos".

El 12 de noviembre, un mes después de su llegada expone el doble beneficio de la expedición : la evangelización de muchos pueblos y "grandísimas sumas de oro, piedras y perlas preciosas, especias". Es importante demostrar a los Reyes que la expedición es rentable. Presenta las ventajas, es posible evangelizar a los pueblos y además sacar muchos beneficios.
Más tarde vemos que ordena detener a unos indios. Decide llevarlos a España para que aprendan el idioma y para que sean intérpretes. Colón es cruel, les quita la libertad.

El día 25 de diciembre, día de Navidad, Cristóbal Colón hace un retrato elogioso de los habitantes de las tierras descubiertas. Según el Amirante, los indios tienen muchas cualidades cristianas : son gente de amor y sin codicia... aman a sus próximos como a sí mismo, parece ser gente buena, tienen una habla dulce y mansa, y siempre con risa, tienen buenas costumbres... La visión que nos da de los indios es muy halagüeña. Los indios son acogedores, dóciles, sin codicia. Presenta a las Indias como un paraíso.

En el segundo viaje, Colón propone a los Reyes aprovechar la tierra con la economía de plantaciones. Propone pagar el ganado y la colonización con esclavos de estos caníbales. No se refiere a los taínos, pueblo pacífico y acogedor sino a los indios caribes. Serán muy buenos esclavos.
La percepción de los indios ha cambiado para justificar un proyecto comercial : la trata de esclavos tal como se practicaba en África. Cuando recordamos la
carta a los Reyes y el primer encuentro con los indios, comprobamos que ya no se preocupa de la "Santa fe". Su mayor preocupación es que la expedición sea rentable y genere riquezas.

 

La esclavitud indígena comienza desde el momento mismo del descubrimiento del Nuevo Continente; el propio Colón no sólo fue su introductor, sino quién inició el primer tráfico de esclavos americanos hacia España. Tan sólo en uno de sus viajes de regreso, el almirante envió a la península un grupo de 500 prisioneros, a cargo de su hermano Diego, para ser vendidos como esclavos en el mercado de Sevilla. colón y la esclavitud

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

enlaces

Los cuatro viajes del almirante y su testamento colección austral

Resumen

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¿Qué era el requirimiento? es fr

- la película de Ridley Scott
minuto 48 el descubrimiento y el encuentro con los taínos -

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Pon los verbos en pretérito perfecto, pretérito imperfecto, pretérito pluscuamperfecto, subjuntivo imperfecto, condicional según convenga.

corrige

En los fragmentos de su diario, Colón retrata a los indios como seres buenos con virtudes cristianas : aman al prójimo como a sí mismo.
El primer encuentro es un encuentro amistoso con intercambio de regalos.
Colón viene para evangelizar pero vemos que al día siguiente de su llegada, busca el oro.
En realidad los españoles buscan piedras preciosas, oro, especias.
El 12 de noviembre Colón no duda en secuestrar a unos indios para llevarlos a España y sirvan de intérpretes. Es más, secuestra a unas mujeres y unos niños para que cuando vuelvan a su tierra, no se vayan.
En el primer viaje, Colón hace un retrato de los indios lleno de virtudes, dice que "no hay mejor gente". Son más cristianos que los españoles : aman a sus prójimos como a sí mismos.
En el segundo viaje, la percepción de los indios cambia. No se refiere a los pacíficos taínos sino a caníbales. Serán muy buenos esclavos. Colón imagina un sistema para financiar la colonización con esclavos. Esa percepción cambia porque el proyecto ha cambiado. Poco importa evangelizar, lo que importa son las riquezas que puede proporcionar su descubrimiento.
Como hay poco oro, Colón imagina una estratagema para pagar los gastos de las expediciones y poder seguir explorando las nuevas tierras.

 

En los fragmentos de su diario, Colón RETRATA a los indios como seres buenos con virtudes cristianas : AMAN al prójimo como a sí mismo.
El primer encuentro ES un encuentro amistoso con intercambio de regalos.
Colón VIENE para evangelizar pero vemos que al día siguiente de su llegada, BUSCA el oro.
En realidad los españoles BUSCAN piedras preciosas, oro, especias.
El 12 de noviembre Colón NO DUDA EN secuestrar a unos indios para llevarlos a España y SIRVAN de intérpretes. Es más, SECUESTRA a unas mujeres y unos niños para que cuando VUELVAN a su tierra, no se VAYAN.
En el primer viaje, Colón HACE un retrato de los indios lleno de virtudes, DICE que "no HAY mejor gente". SON más cristianos que los españoles : AMAN a sus prójimos como a sí mismos.
En el segundo viaje, la percepción de los indios CAMBIA. No se REFIERE a los pacíficos taínos sino a caníbales. SERÁN muy buenos esclavos. Colón IMAGINA un sistema para financiar la colonización con esclavos. Esa percepción CAMBIA porque el proyecto HA cambiado. Poco IMPORTA evangelizar, lo que IMPORTA  SON las riquezas que PUEDE proporcionar su descubrimiento.
Como HAY poco oro, Colón IMAGINA una estratagema para pagar los gastos de las expediciones y poder seguir explorando las nuevas tierras.

En los fragmentos de su diario, Colón retrató a los indios como seres buenos con virtudes cristianas : amaban al prójimo como a sí mismo.
El primer encuentro fue un encuentro amistoso con intercambio de regalos.
Colón vino para evangelizar pero vemos que al día siguiente de su llegada, buscaba el oro.
En realidad los españoles buscaban piedras preciosas, oro, especias.
El 12 de noviembre Colón no dudó en secuestrar a unos indios para llevarlos a España y sirvieran de intérpretes. Es más, secuestró a unas mujeres y unos niños para que cuando volvieran a su tierra, no se fueran.
En el primer viaje, Colón hizo un retrato de los indios lleno de virtudes, decía que no había mejor gente. Eran más cristianos que los españoles : amaban a sus prójimos como a sí mismos.
En el segundo viaje, la percepción de los indios cambió. No se refería a los pacíficos taínos sino a caníbales. Serían muy buenos esclavos. Colón imaginó un sistema para financiar la colonización con esclavos. Esa percepción cambió porque el proyecto había cambiado. Poco importaba evangelizar, lo que importaba eran las riquezas que podía proporcionar su descubrimiento.
Como había poco oro, Colón imaginó una estratagema para pagar los gastos de las expediciones y poder seguir explorando las nuevas tierras.

Cien años de soledad

 

 

 

 

 

 

 

 

Jueves 11 y viernes 12 de octubre.- [...]

Llegaron a una isleta de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahani. Luego vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yánez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la † y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escovedo, Escribano de toda el armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio como él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey e por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escripto. Luego se ayuntó allí mucha gente de la isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. «Yo (dice él), porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hobieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad.

 

Mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vide más de una farto moza. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vide de edad de más de treinta años: muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras: los cabellos gruesos cuasi como sedas de cola de caballos, e cortos: los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos de tras que traen largos, que jamás cortan. Dellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios, ni negros ni blancos, y dellos se pintan de blanco, y dellos de colorado, y dellos de lo que fallan, y dellos se pintan las caras, y dellos todo el cuerpo, y dellos solos los ojos, y dellos sólo el nariz.

Ellos no traen armas ni las conocen, porque les amostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún fierro: sus azagayas son unas varas sin fierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pece, y otras de otras cosas.

Ellos todos a una mano son de buena estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos.Yo vide algunos que tenían señales de feridas en sus cuerpos, y les hice señas qué era aquello, y ellos me amostraron cómo allí venían gente de otras islas que estaban acerca y les querían tomar y se defendían. Y yo creí e creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por captivos.

Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía, y creo que ligeramente se harían cristianos; que me pareció que ninguna secta tenían.

Yo, placiendo a Nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a V. A. para que deprendan fablar. Ninguna bestia de ninguna manera vide, salvo papagayos en esta isla». Todas son palabras del Almirante.

Sábado 13 de octubre.-

«Luego que amaneció vinieron a la playa muchos de estos hombres, todos mancebos, como dicho tengo, y todos de buena estatura, gente muy fermosa: los cabellos no crespos, salvo corredios y gruesos, como sedas de caballo, y todos de la frente y cabeza muy ancha más que otra generación que fasta aquí haya visto, y los ojos muy fermosos y no pequeños, y ellos ninguno prieto, salvo de la color de los canarios, ni se debe esperar otra cosa, pues está Lesteoueste con la isla del Hierro, en Canaria, so una línea. Las piernas muy derechas, todos a una mano, y no barriga, salvo muy bien hecha. Ellos vinieron a la nao con almadías, que son hechas del pie de un árbol, como un barco luengo, y todo de un pedazo, y labrado muy a maravilla según la tierra, y grandes en que en algunas venían cuarenta o cuarenta y cinco hombres, y otras más pequeñas, fasta haber de ellas en que venía un solo hombre. Remaban con una pala como de fornero, y anda a maravilla; y si se le trastorna, luego se echan todos a nadar y la enderezan y vacían con calabazas que traen ellos.

Traían ovillos de algodón filado y papagayos y azagayas y otras cositas que sería tedio de escrebir, y todo daban por cualquier cosa que se los diese. Y yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro, y vide que   algunos de ellos traían un pedazuelo colgado en un agujero que tienen a la nariz, y por señas pude entender que yendo al Sur o volviendo la isla por el Sur, que estaba allí un rey que tenía grandes vasos de ello, y tenía muy mucho.

Trabajé que fuesen allá, y después vide que no entendían en la idea. Determiné de aguardar fasta mañana en la tarde y después partir para el Sudueste, que según muchos de ellos me enseñaron decían que había tierra al Sur y al Sudueste y al Norueste, y que estas del Norueste le venían a combatir muchas veces, y así ir al Sudueste a buscar el oro y piedras preciosas. Esta isla es bien grande y muy llana y de árboles muy verdes y muchas aguas y una laguna en medio muy grande, sin ninguna montaña, y toda ella verde, que es placer de mirarla; y esta gente farto mansa, y por la gana de haber de nuestras cosas, y teniendo que no se les ha de dar sin que den algo y no lo tienen, toman lo que pueden y se echan luego a nadar; mas todo lo que tienen lo dan por cualquier cosa que les den; que fasta los pedazos de las escudillas y de las tazas de vidrio rotas rescataban, fasta que vi dar diez y seis ovillos de algodón por tres ceotís de Portugal, que es una blanca de Castilla, y en ellos habría más de una arroba de algodón filado. Esto defendiera y no dejara tomar a nadie, salvo que yo lo mandara tomar todo para V. A. si hobiera en cantidad. Aquí nace en esta isla, mas por el poco tiempo no pude dar así del todo fe, y también aquí nace el oro que traen colgado a la nariz; mas, por no perder tiempo quiero ir a ver si puedo topar a la isla de Cipango. Agora como fue noche todos se fueron a tierra con sus almadías».

Domingo 14 de octubre.-

«En amaneciendo mandé aderezar el batel de la nao y las barcas de las carabelas, y fue al luengo de la isla, en el camino del Nordeste, para ver la otra parte, que era de la otra parte del Leste que había, y también para ver las poblaciones, y vide luego dos o tres, y la gente que venían todos a la playa llamándonos y dando gracias a Dios. Los unos nos traían agua; otros otras cosas de comer; otros, cuando veían que yo no curaba de ir a tierra, se echaban a la mar nadando y venían, y entendíamos que nos preguntaban si éramos venidos del cielo. Y vino uno viejo en el batel dentro, y otros a voces grandes llamaban todos hombres y mujeres: Venid a ver los hombres que vinieron del cielo; traedles de comer y de beber. Vinieron muchos y muchas mujeres, cada uno con algo, dando gracias a Dios, echándose al suelo, y levantaban las manos al cielo, y después a voces nos llamaban que fuésemos a tierra. Mas yo temía de ver una grande restinga de piedras que cerca toda aquella isla alrededor, y entre medias queda hondo el puerto para cuantas naos hay en toda la Cristiandad, y la entrada de ello muy angosta. Es verdad que dentro de esta cinta hay algunas bajas, mas la mar no se mueve más que dentro en un pozo. Y para ver todo esto me moví esta mañana, porque supiese dar de todo relación a Vuestras Altezas y también a dónde pudiera hacer fortaleza, y vide un pedazo de tierra que se hace como isla, aunque no lo es, en que había seis casas, el cual se pudiera atajar en dos días por isla; aunque yo no veo ser necesario, porque esta gente es muy símplice en armas, como verán Vuestras Altezas de siete que yo hice tomar para le llevar y desprender nuestra fabla y volvellos, salvo que

Vuestras Altezas cuando mandaren puédenlos todos llevar a Castilla o tenellos en la misma isla captivos, porque con cincuenta hombres los terná todos sojuzgados y los hará hacer todo lo que quisiere.

Y después junto con la dicha isleta están huertas de árboles las más hermosas que yo vie tan verdes y con sus hojas como las de Castilla en el mes de abril y de mayo, y mucha agua. Yo miré todo aquel puerto y después me volví a la nao y di a la vela, y vide tantas islas que yo no sabía determinarme a cuál iría primero. Y aquellos hombres que yo tenía tomado me decían por señas que eran tantas y tantas que no había número, y anombraron por su nombre más de ciento. Por ende yo miré por la más grande, y aquélla determiné andar, y así hago, y será lejos de esta de San Salvador cinco leguas y las otras dellas más, dellas menos. Todas son muy llanas, sin montañas y muy fértiles y todas pobladas, y se hacen la guerra la una a la otra, aunque éstos son muy símplices y muy lindos cuerpos de hombres».

 

Lunes 12 de noviembre.-

Partió del puerto y río de Mares al rendir del cuarto de alba para ir a una isla que mucho afirmaban los indios que traía, que se llamaba Babeque, adonde, según dicen por señas, que la gente de ella coge el oro con candelas de noche en la playa, y después con martillo diz que hacían vergas de ello, y para ir a ella era menester poner la proa al Leste cuarta del Sueste. Después de haber andado ocho leguas por la costa delante, halló un río que parecía muy caudaloso y mayor que ninguno de los otros que había hallado. No se quiso detener ni entrar en algunos de ellos por dos respectos: el uno y principal porque el tiempo y viento era bueno para ir en demanda de la dicha isla de Babeque; el otro, porque si en él hobiera alguna populosa o famosa ciudad cerca de la mar se pareciera, y para ir por el río arriba era menester navíos pequeños, lo que no eran los que llevaba; y así se perdiera también mucho tiempo, y los semejantes ríos son cosa para descobrirse por sí. Toda aquella costa era poblada mayormente cerca del río, a quien puso por nombre el río del Sol. Dijo que el domingo antes 11 de noviembre le había parecido que fuera bien tomar algunas personas de las de aquel río para llevar a los Reyes porque aprendieran nuestra lengua, para saber lo que hay en la tierra y porque volviendo sean lenguas de los cristianos y tomen nuestras costumbres y las cosas de la Fe, «porque yo vi e cognozco -dice el Almirante- que esta gente no tiene secta ninguna ni son idólatras, salvo muy mansos y sin saber qué sea mal ni matar a otros ni prender, y sin armas y tan temerosos que a una persona de los nuestros fuyen ciento de ellos, aunque burlen con ellos, y crédulos y cognocedores que hay Dios en el cielo, e firmes que nosotros habemos venido del cielo, y muy presto a cualquiera oración que nos les digamos que digan y hacen el señal de la cruz. Así que

deben Vuestras Altezas determinarse a los hacer cristianos, que creo que si comienzan, en poco tiempo acabará de los haber convertido a nuestra Santa Fe multidumbre de pueblos, y cobrando grandes señoríos y riquezas y todos sus pueblos de la España, porque sin duda es en estas tierras grandísimas sumas de oro, que no sin causa dicen estos indios que yo traigo, que ha en estas islas lugares adonde cavan el oro y lo traen al pescuezo, a las orejas y a los brazos e a las piernas, y son manillas muy gruesas, y también ha piedras y ha perlas preciosas y infinitas especerías;

y en este río de Mares, de donde partí esta noche, sin duda ha grandísima cantidad de almáciga y mayor si mayor se quisiere hacer, porque los mismos árboles plantándolos prenden de ligero y ha muchos y muy grandes y tienen la hoja como lentisco y el fruto, salvo que es mayor, así los árboles como la hoja, como dice Plinio, e yo he visto en la isla de Xió, en el Archipiélago, y mandé sangrar muchos de estos árboles para ver si echarían resina para la traer, y como haya siempre llovido el tiempo que yo he estado en el dicho río, no he podido haber de ella, salvo muy poquita que traigo a Vuestras Altezas, y también puede ser que no es el tiempo para los sangrar, que esto creo que conviene al tiempo que los árboles comienzan a salir del invierno y quieren echar la flor; y acá ya tienen el fruto cuasi maduro agora. Y también aquí   —59?   se habría grande suma de algodón y creo que se vendería muy bien acá sin le llevar a España, salvo a las grandes ciudades del Gran Can que se descubrirán sin duda y otras muchas de otros señores que habrán en dicha servir a Vuestras Altezas, y adonde se les darán de otras cosas de España y de las tierras de Oriente, pues éstas son a nos en Poniente. Y aquí ha también infinito liñaloe, aunque no es cosa para hacer gran caudal, mas del almáciga es de entender bien, porque no la ha, salvo en dicha isla de Xió, y creo que sacan de ello bien cincuenta mil ducados, si mal no me acuerdo. Y ha aquí, en la boca de dicho río, el mejor puerto que fasta hoy vi, limpio e ancho e fondo y buen lugar y asiento para hacer una villa e fuerte, e que cualesquier navíos se puedan llegar el bordo a los muros, e tierra muy temperada y alta y muy buenas aguas.

Así que ayer vino a bordo de la nao una almadía con seis mancebos, y los cinco entraron en la nao; estos mandé detener e los traigo. Y después envié a una casa que es de la parte del río del Poniente, y trujeron siete cabezas de mujeres entre chicas e grandes y tres niños. Esto hice porque mejor se comportan los hombres en España habiendo mujeres de su tierra que sin ellas, porque ya otras muchas veces se acaeció traer los hombres de Guinea para que deprendiesen la lengua en Portugal, y después que volvían y pensaban de se aprovechar de ellos en su tierra por la buena compañía que le habían hecho y dádivas que se les habían dado, en llegando en tierra jamás parecían.

Otros no lo hacían así. Así que, teniendo sus mujeres, ternán gana de negociar lo que se les encargare, y también estas mujeres mucho enseñarán a los nuestros su lengua, la cual es toda una en todas estas islas de India, y todos se entienden y todas las andan con sus almadas, lo que no han en Guinea, adonde es mil maneras de lenguas que la una no entiende la otra. Esta noche vino a bordo en una almadía el marido de una de estas mujeres y padre de tres fijos, un macho y dos fembras, y dijo que yo le dejase venir con ellos, y a mí me aplogó mucho, y quedan agora todos consolados con el que deben todos ser parientes, y él es ya hombre de cuarenta y cinco años». Todas estas palabras son formales del Almirante. Dice también arriba que hacía algún frío, y por esto que no le fuera buen consejo en invierno navegar al Norte par a descubrir. Navegó este lunes, hasta el sol puesto, diez y ocho leguas al Leste cuarta del Sueste hasta un cabo, a que puso por nombre el Cabo de Cuba.

Martes 25 de diciembre, día de Navidad.-

Navegando con poco viento el día de ayer desde la mar de Santo Tomé hasta la Punta Santa, sobre la cual a una legua estuvo así hasta pasado el primer cuarto, que serían a las once horas de la noche, acordó echarse a dormir, porque había dos días y una noche que no había dormido. Como fuese calma, el marinero que gobernaba la nao acordó irse a dormir, y dejó el gobernario a un mozo grumete, lo que mucho siempre había el Almirante prohibido en todo el viaje, que hobiese viento o que hobiese calma: conviene a saber, que no dejasen gobernar a los grumetes. El Almirante estaba seguro de bancos y de peñas, porque el domingo, cuando envió las barcas a aquel rey, habían pasado al Leste de la dicha Punta Santa bien tres leguas y media, y habían visto los marineros toda la costa y los bajos que hay desde la dicha Punta Santa al Leste bien tres leguas, y vieron por dónde se podía pasar, lo que todo este viaje no hizo. Quiso Nuestro Señor que a las doce horas de la noche, como habían visto acostar y reposar el Almirante y vían que era calma muerta y la mar como en una escudilla, todos se acostaron a dormir, y quedó el gobernalle en la mano de aquel muchacho, y las aguas que corrían llevaron la nao sobre uno de aquellos bancos. Los cuales, puesto que fuese de noche, sonaban que de una grande legua se oyeran y vieran, y fue sobre él tan mansamente que casi no se sentía. El mozo, que sintió el gobernalle y oyó el sonido de la mar, dio voces, a las cuales salió el Almirante y fue tan presto que aún ninguno había sentido que estuviesen encallados. Luego el maestre de la nao cuya era la guardia, salió; y díjoles el Almirante a él y a los otros que halasen el batel que traían por popa y tomasen un ancla y la echasen por popa, y él con otros muchos saltaron en el batel, y pensaba el Almirante que hacían lo que les había mandado. Ellos no curaron sino de huir a la carabela que estaba a barlovento media legua. La carabela no los quiso recebir haciéndolo virtuosamente, y por esto volvieron a la nao; pero primero fue a ella la barca de la carabela. Cuando el Almirante vido que se huían y que era su gente, y las aguas menguaban y estaba ya la nao la mar de través, no viendo otro remedio, mandó cortar el mástel y alijar de la nao todo cuanto pudieron para ver si podían sacarla; y como todavía las aguas menguasen no se pudo remediar, y tomó lado hacia la mar traviesa, puesto que la mar era poco o nada, y entonces se abrieron los conventos y no la nao. El Almirante fue a la carabela para poner en cobro la gente de la nao en la carabela, y, como ventase ya ventecillo de la tierra y también aún quedaba mucho de la noche, ni supiesen cuánto duraban los bancos, temporejó a la corda hasta que fue de día, y luego fue a la nao por de dentro de la restringa del banco. Primero había enviado el batel a tierra con Diego de Arana, de Córdoba, alguacil del Armada, y Pedro Gutiérrez, repostero de la Casa Real, a hacer saber al rey que lo había enviado a convidar y rogar el sábado que se fuese con los navíos a su puerto, el cual tenía su villa adelante obra de una legua y media del dicho banco; el cual como lo supo dicen que lloró, y envió toda su gente de la villa con canoas muy grandes y muchas a descargar todo lo de la nao. Y así se hizo y se descargó todo lo de las cubiertas en muy breve espacio: tanto fue el grande aviamiento y diligencia que aquel rey dio. Y él con su persona, con hermanos y parientes, estaban poniendo diligencia así en la nao como en la guarda de lo que se sacaba a tierra, para que todo estuviese a muy buen recaudo. De cuando en cuando enviaba uno de sus parientes al Almirante llorando a lo consolar, diciendo que no recibiese pena ni enojo, que él le daría cuanto tuviese. Certifica el Almirante a los Reyes que en ninguna parte de Castilla tan buen recaudo en todas las cosas se pudiera poner sin faltar un agujeta. Mandólo poner todo junto con las casas entretanto que se vaciaban algunas cosas que quería dar, donde se pusiese y guardase todo. Mandó poner hombres armados en rededor de todo, que velasen toda la noche. «Él con todo el pueblo lloraban tanto -dice el Almirante-,

son gente de amor y sin codicia y convenibles para toda cosa, que certifico a Vuestras Altezas que en el mundo creo que no hay mejor gente ni mejor tierra: ellos aman a sus prójimos como a sí mismos, y tienen una habla la más dulce del mundo y mansa, y siempre con risa. Ellos andan desnudos, hombres y mujeres, como sus madres los parieron. Mas, crean Vuestras Altezas que entre sí tienen costumbres muy buenas, y el rey muy maravilloso estado, de una cierta manera tan continente que es placer de verlo todo, y la memoria que tienen, y todo quieren ver, y preguntan qué es y para qué». Todo esto dice el Almirante.

La vuelta a Lisbona : Se examina el balance de la expedición : unos indios coronados de plumas, oro, y claro, esperanzas decepcionadas. Pero todos admiran a COLÓN sin apreciar realmente la extraordinaria importancia del acontecimiento. Unos años más tarde intenta tres viajes al cabo de los cuales se ve acusado de querer apropiarse estas nuevas tierras españolas. Enfermo y abandonado fallece en 1506.

segundo viaje

[...] Sus Altezas podrán dar licencia e permiso a un número de carabelas suficiente que vengan acá cada año y trayan de los dichos ganados y otros mantenimientos y cosas para poblar el campo y aprovechar la tierra, y esto en precios razonables a sus costas de los que las trugieren, las cuales cosas se les podrían pagar en esclavos de estos caníbales, gente tan fiera y dispuesta y bien proporcionada y de muy buen entendimiento, los cuales, quitados de aquella inhumanidad, creemos que serán mejores que otros ningunos esclavos, ...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué significa? - ¿Cómo se dice?

EL DIARIO DE COLÓN 1 L'arrivée la llegada 2 un perroquet un papagayo 3 échanger cambiar 4 l'amitié la amistad 5 la cupidité la codicia 6 arrêter, capturer detener, capturar 7 l'esclavage la esclavitud 8 le profit el provecho 9 le bétail el ganado 10 le retour el regreso

1 la llegada
1 l'arrivée
2 un papagayo
2 un perroquet
3 cambiar
3 changer
4 la amistad 4 l'amitié
5 la codicia
5 la cupidité
6 detener, capturar
6 arrêter, capturer
7 la esclavitud
7 l'esclavage
8 el provecho
8 le profit
9 el ganado 9 le bétail
10 el regreso 10 le retour

1 l'arrivée 1 la llegada
2 un perroquet 2 un papagayo
3 changer 3 cambiar
4 l'amitié 4 la amistad
5 la cupidité 5 la codicia
6 arrêter, capturer 6 detener, capturar
7 l'esclavage 7 la esclavitud
8 le profit 8 el provecho
9 le bétail 9 el ganado
10 le retour 10 el regreso

¿Qué significa?

1 la llegada 1 l'arrivée
2 un papagayo 2 un perroquet
3 cambiar 3 changer
4 la amistad 4 l'amitié
5 la codicia 5 la cupidité
6 detener, capturar 6 arrêter, capturer
7 la esclavitud 7 l'esclavage
8 el provecho 8 le profit
9 el ganado 9 le bétail
10 el regreso 10 le retour

 

 

1 ANIMALES página 58
2 BEBIDAS página 59
3 CASA página 60
4 CINE página 61
5 CIUDAD página 62
6 COMIDA página 63
7 COMPRAS página 64
8 COMUNICAR página 65
9 CUERPO página 66
10 DEPORTES página 66
11 ESCUELA página 66
12 FAMILIA página 69
13 FIESTAS página 70
14 GEOGRAFÍA página 71
15 INFORMÁTICA página 66
16 JUEGOS página 73
17 MEDIO AMBIENTE página 66
18 MÚSICA página 75
19 NATURALEZA página 76
20 OFICIOS página 77

21 PERSONAJES página 78
22 PRENSA página 66
23 ROPA página 80
24 SALUD página 66
25 TIEMPO página 82
26 TIEMPO página 66
27 TRÁFICO página 66
28 TRANSPORTES página 85
29 TURISMO página 66
30 VERBOS página 66

LOS COLORES
LOS NÚMEROS página
94
INDISPENSABLE página 52

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo se dice?

1 l'arrivée 1 la llegada
2 un perroquet 2 un papagayo
3 changer 3 cambiar
4 l'amitié 4 la amistad
5 la cupidité 5 la codicia
6 arrêter, capturer 6 detener, capturar
7 l'esclavage 7 la esclavitud
8 le profit 8 el provecho
9 le bétail 9 el ganado
10 le retour 10 el regreso