La
razón de la sinrazón
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En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero
acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanzas en
astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Tenía en su casa un
ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina
que no llegaba a los veinte. Pero los ratos que estaba ocioso se daba a leer
libros de caballerías con tanta afición que olvidó el ejercicio
de la caza llenando toda su casa de libros.
La razón de la sinrazón
que a mi razón se hace
de tal manera mi razón enflaquece
que con razón me quejo de la vuestra fermosura.
Se
desvelaba por entender estas razones y desentrañarles el sentido. Se
enfrascó tanto en la lectura que se le pasaban las noches leyendo de
claro en claro y los días de turbio en turbio.
Y así del poco dormir y del mucho leer
acabó perdiendo el juicio. Se le
llenó la fantasía de todo aquello que leía en los libros.
Será conveniente y necesario, así
para el aumento de mi honra como para el servicio de los desdichados que me
haga caballero andante. Iré por todo el mundo con mis armas y mi caballo
en busca de aventuras. En el ejercicio de la caballería andante desharé
agravios e injusticias y venciendo en todas las ocasiones de peligro cobraré
eterno nombre y fama.
He aquí las armas de mis bisabuelos, oxidadas
y llenas de moho que tanto siglos hace que están olvidadas. Pero yo las
limpiaré y arreglaré lo mejor que pueda.
Quién sabe si gracias al valor de mi brazo alcanzaré al menos
el imperio de Trapisonda.
¿Qué ha sido eso ama?
Qué ha de ser sino obra de tu tío
que últimamente anda soliviantado cazando fantasma por culpa de esos
libros de caballerías.
¡Quiera dios que se le pasé la manía!
A ver te vengo mi rocín que aunque malas
lenguas digan que eres flaco y que todo en ti son huesos y pellejos yo afirmo
que ni el Bucéfalo de Alejandro ni el Babieca del Cid contigo se iguala.
Y no hay razón de que caballo de caballero tan famoso como yo no tenga
nombre conocido. A partir de ahora te llamarás Rocinante
porque es nombre alto y sonoro y tú el mejor de los rocines del mundo.
También yo Alonso Quijano el bueno he de adoptar un nombre que cuadre
al ejercicio de la caballería andante que voy a abrazar y así
he de llamarme Don Quijote
como el valeroso Amadís añadió el de su tierra llamándose
Amadís de Gaula, yo añadiré a mi nombre el de la mía
y seré Don
Quijote de la Mancha.
Ya no falta otra cosa sino buscar una
dama
de quien enamorarme porque caballero andante sin amores es árbol sin
hojas y sin fruto.
En un lugar cerca del suyo había una moza
labradora de muy buen parecer de quien don quijote anduvo enamorado se llamaba
Aldonza Lorenzo y le pareció bien darle el título de señora
de sus pensamientos llamándola Dulcinea
del Toboso
porque era natural de aquel pueblo.
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Enciclopedia
TRADUCTIONS
En
un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo
que vivía un hidalgo de los de lanzas en astillero, adarga antigua, rocín
flaco y galgo corredor.
Dans une bourgade de la Manche, dont je ne veux
pas me rappeler le nom, vivait, il n’y a pas longtemps, un hidalgo, de
ceux qui ont lance au râtelier, rondache antique, bidet maigre et lévrier
de chasse.
Tenía en su casa un
ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina
que no llegaba a los veinte.
Il avait chez
lui une gouvernante qui passait les quarante ans, une nièce qui n’atteignait
pas les vingt...
los
ratos que estaba ocioso se daba a leer libros de caballerías con tanta
afición que olvidó el ejercicio de la caza...
Dans les moments où il restait oisif,
... il s’adonnait à lire des livres de chevalerie, avec tant de
goût et de plaisir, qu’il en oublia presque entièrement l’exercice
de la chasse..
La razón de la sinrazón
que a mi razón se hace de tal manera mi razón enflaquece que con
razón me quejo de la vuestra fermosura.
«
La raison de la déraison qu’à ma raison vous faites, affaiblit
tellement ma raison, qu’avec raison je me plains de votre beauté
; »
Se
desvelaba por entender estas razones y desentrañarles el sentido.
Le pauvre gentilhomme
perdait le jugement. Il passait les nuits et se donnait la torture pour les
comprendre, pour les approfondir, pour leur tirer le sens des entrailles...
Se enfrascó
tanto en la lectura que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro y
los días de turbio en turbio.
Y así del poco dormir y del mucho leer
acabó perdiendo el juicio. Se le
llenó la fantasía de todo aquello que leía en los libros.
Enfin, notre hidalgo s’acharna tellement
à sa lecture, que ses nuits se passaient en lisant du soir au matin,
et ses jours, du matin au soir. Si bien qu’à force de dormir peu
et de lire beaucoup, il se dessécha le cerveau, de manière qu’il
vint à perdre l’esprit. Son imagination se remplit de tout ce qu’il
avait lu dans les livres
Será conveniente y necesario, así
para el aumento de mi honra como para el servicio de los desdichados que me
haga caballero andante. Iré por todo el mundo con mis armas y mi caballo
en busca de aventuras. En el ejercicio de la caballería andante desharé
agravios e injusticias y venciendo en todas las ocasiones de peligro cobraré
eterno nombre y fama.
Il lui parut convenable et nécessaire, aussi bien pour
l’éclat de sa gloire que pour le service de son pays, de se faire
chevalier errant, de s’en aller par le monde, avec son cheval et ses armes,
chercher les aventures, et de pratiquer tout ce qu’il avait lu que pratiquaient
les chevaliers errants, redressant toutes sortes de torts, et s’exposant
à tant de rencontres, à tant de périls, qu’il acquît,
en les surmontant, une éternelle renommée.
He aquí las armas de mis bisabuelos, oxidadas
y llenas de moho que tanto siglos hace que están olvidadas. Pero yo las
limpiaré y arreglaré lo mejor que pueda.
La première
chose qu’il fit fut de nettoyer les pièces d’une armure qui
avait appartenu à ses bisaïeux, et qui, moisie et rongée
de rouille, gisait depuis des siècles oubliée dans un coin.
Quién sabe si gracias al valor de mi brazo alcanzaré al menos
el imperio de Trapisonda.
Il s’imaginait
déjà, le pauvre rêveur, voir couronner la valeur de son
bras au moins par l’empire de Trébizonde.
A
ver te vengo mi rocín que aunque malas lenguas digan que eres flaco y
que todo en ti son huesos y pellejos yo afirmo que ni el Bucéfalo de
Alejandro ni el Babieca del Cid contigo se iguala. Y no hay razón de
que caballo de caballero tan famoso como yo no tenga nombre conocido. A partir
de ahora te llamarás Rocinante
porque es nombre alto y sonoro y tú el mejor de los rocines del mundo.
Cela fait, il alla visiter sa monture
; et quoique l’animal eût plus de tares que de membres, ...il lui
sembla que ni le Bucéphale d’Alexandre, ni le Babiéca du
Cid, ne lui étaient comparables...à la fin il vint à l’appeler
Rossinante], nom, à son idée, majestueux et sonore, qui signifiait
ce qu’il avait été et ce qu’il était devenu,
la première de toutes les rosses du monde.
También yo Alonso Quijano el bueno he de adoptar un nombre que cuadre
al ejercicio de la caballería andante que voy a abrazar y así
he de llamarme Don
Quijote
como el valeroso Amadís añadió el de su tierra llamándose
Amadís de Gaula, yo añadiré a mi nombre el de la mía
y seré Don
Quijote de la Mancha.
Ayant donné
à son cheval un nom, et si à sa fantaisie, il voulut s’en
donner un à lui-même ; et cette pensée lui prit huit autres
jours, au bout desquels il décida de s’appeler don Quichotte.
... Se rappelant
alors que le valeureux Amadis ne s’était pas contenté de
s’appeler Amadis tout court, mais qu’il avait ajouté à
son nom celui de sa patrie, pour la rendre fameuse, et s’était
appelé Amadis de Gaule, il voulut aussi, en bon chevalier, ajouter au
sien le nom de la sienne, et s’appeler don Quichotte de la Manche, s’imaginant
qu’il désignait clairement par là sa race et sa patrie,
et qu’il honorait celle-ci en prenant d’elle son surnom.
Ya no falta otra cosa sino buscar una
dama
de quien enamorarme porque caballero andante sin amores es árbol sin
hojas y sin fruto.
il se persuada qu’il ne lui manquait plus
rien, sinon de chercher une dame de qui tomber amoureux, car, pour lui, le chevalier
errant sans amour était un arbre sans feuilles et sans fruits, un corps
sans âme.
En un lugar cerca del suyo había una moza
labradora de muy buen parecer de quien don quijote anduvo enamorado se llamaba
Aldonza Lorenzo y le pareció bien darle el título de señora
de sus pensamientos llamándola Dulcinea
del Toboso
porque era natural de aquel pueblo.
Ce fut, à ce que
l’on croit, une jeune paysanne de bonne mine, qui demeurait dans un village
voisin du sien, et dont il avait été quelque temps amoureux...
Elle s’appelait Aldonza Lorenzo, et ce fut à elle qu’il lui
sembla bon d’accorder le titre de dame suzeraine de ses pensées...
il vint à l’appeler Dulcinée du Toboso, parce qu’elle
était native de ce village...